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Emprendimientos sostenibles

Modelos de negocio para la base de la pirámide


Oportunidades para la Mayoría (OMJ) es una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que apuesta por un nuevo enfoque en la banca de finanzas de desarrollo orientado a captar a inversionistas dispuestos a arriesgarse por modelos de negocio rentables que busquen beneficiar a los sectores menos favorecidos, explica Luiz Ros, gerente de dicho programa (OMJ).


Ros explica cómo se ha consolidado este programa, pionero en su rubro, a lo largo de sus siete años de existencia, y detalla que hasta finales de 2013 alcanzó un portafolio de US$ 360 millones y presencia en 18 países de la región.

¿Por qué el BID decide crear Oportunidades para la Mayoría?
Como consecuencia del crecimiento económico reciente de América Latina y el Caribe (ALC), la capacidad de gasto de 2/3 de la población de la región se ha incrementado. La base de la pirámide (BdP) —conformado por un segmento de 400 millones de personas que con ingresos diarios de hasta U$ 10 tienen un poder adquisitivo de US$ 509 mil millones— ahora demanda bienes y servicios de calidad así como el mejoramiento de condiciones básicas de vida.

La satisfacción de estas necesidades continúa siendo un reto pues la enorme demanda excede la capacidad del sector público. En esa mirada se crea Oportunidades para la Mayoría (OMJ) en 2007 por el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, con el objetivo de promover y financiar modelos de negocio comercialmente viables que provean bienes y servicios a la base de la pirámide.

¿A qué público va a financiar OMJ?
OMJ es una oportunidad de negocio para empresas que quieren acceder otros segmentos de mercado pues hay una demanda potencial y es a la vez una oportunidad de desarrollo pues sabemos que la provisión de servicios básicos desencadena otros procesos que mejoran la calidad de la BdP.

Por ello el enfocarnos en la satisfacción de sus necesidades básicas como el acceso a la educación genera mejores oportunidades laborales y una vida estable a futuro; el acceso a finanzas asegura el crecimiento del negocio propio y por lo tanto el acceso a otros servicios como salud o educación; el acceso a salud genera mayor productividad y por lo tanto la generación de ingresos; y así se origina una cadena de valor.

El BID cree firmemente en las fuerzas del mercado para impactar positivamente el progreso de la BdP, aligerando así la carga del sector público y dando pie a un desarrollo más sostenible e inclusivo. OMJ fue creada para potenciar la capacidad del sector privado de pensar modelos de negocio que ofrezcan a la BdP bienes y servicios asequibles y de mayor calidad como educación, salud, vivienda, y servicios financieros, entre otros.

¿Podría dar ejemplos de modelos de negocio exitosos?
Claro. A finales de 2013 nuestro portafolio incluía 52 operaciones en 18 países de la región por US$ 360 millones. Adicionalmente, hemos ayudado a apalancar recursos adicionales por US$ 219.6 millones. En 2014 esperamos financiar al menos 10 operaciones más. Hemos apoyado proyectos en diversos sectores como salud, educación, vivienda, agricultura, servicios financieros, entre otros. Es así que el BID a través de OMJ se ha convertido en un líder del campo en la región.

Aunque todos nuestros modelos han mostrado resultados positivos, sobresale FINAE, una compañía financiera mexicana que otorga créditos a estudiantes de la base de la pirámide que aspiran a un título universitario. Gracias a estos préstamos y los acuerdos que FINAE tiene con universidades de alta calidad, 3,800 jóvenes tienen acceso a educación. El 70% de ellos son los primeros en sus familias en adelantar estudios universitarios. A FINAE la hemos apoyado con un préstamo, así mismo respaldamos su entrada al mercado de valores.

¿Y en Centroamérica?
En Haití trabajamos con AIC, empresa líder del mercado de micro-seguros en ese país. La magnitud del terremoto de enero de 2010 y el volumen de demandas debilitó a la empresa financieramente. En 2012 le otorgamos un préstamo de US$2millones para su plan de recapitalización y expansión. Como resultado, la empresa ha crecido un 35% en los tres últimos años y ha pagado el 100% de las reclamaciones—la mayoría de personas de la base. En 2012, AIC reportó que el 23% de su portafolio es la BdP y el 44% son mujeres.

Igualmente exitoso es el modelo de Tenda Atacado en Brasil al que se le brindó un préstamo por US$10 millones. Esta tienda mayorista tiene un programa de crédito para sus clientes, la mayor parte de ellos micro empresarios del segmento de la BdP. Gracias a la línea de crédito los negocios de estos microempresarios están creciendo y además tienen acceso a entrenamiento en contabilidad y finanzas. A julio de 2013 Tenda había proveído crédito a 50,000 microempresarios formales e informales.

A futuro esperamos ver los resultados del portafolio de 2013. El año pasado aprobamos un préstamo de U$20 millones a Edyficar, en Perú, para expandir el programa Edyvivienda que facilitará la construcción de vivienda de calidad a la BdP peruana. Igualmente, hemos apoyado a Brilla de Promigas y Comfama en Colombia; FOMEPADE y Laudex en México; entre otros en Paraguay, Ecuador y El Salvador.

.¿Qué principios explican el éxito de OMJ? ¿El proyecto es replicable?
Hemos seguido varios principios. Entre ellos están el asegurarse de la complementariedad de OMJ con la misión y estrategia del BID como banco regional. Esto ha sido clave para lograr apoyo interno, así como para apalancar la reputación del BID a la hora de establecer alianzas externas con el sector privado en la región.

También hemos concentrado nuestros esfuerzos en corregir fallas del mercado que históricamente le han impedido al sector privado acceder a la base de la pirámide. Como en cualquier institución financiera, le damos importancia al desarrollo de un portafolio y en generar transacciones. Como resultado de estos esfuerzos hemos construido credibilidad y continuidad de nuestras operaciones.

Hoy entendemos también que innovar implica tomar riesgos. No se puede innovar sin cometer errores, debemos estar dispuestos a adoptar una dinámica de ensayo/error.

¿Con qué tres palabras describiría a OMJ y por qué?
Sin pensarlo diría que pioneros, innovación y escala. El BID es la primera y única organización multilateral con una unidad operacional como OMJ que ha sido creada exclusivamente para identificar, estructurar, financiar y monitorear modelos de negocio rentables que atienden a la BdP. Esta característica nos convierte en pioneros de un campo que está creciendo y definiéndose.

En nuestros siete años de existencia ha sido difícil encontrar puntos de referencia. Hemos creado un camino a medida que avanzamos y hemos tenido que innovar con nuevos vehículos financieros, alianzas con gobiernos, otras instituciones financieras y organizaciones sociales. Actualmente somos referentes de otras instituciones financieras interesadas en replicar lo que hemos logrado. Entre ellas están el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, y el Banco de Minas Gerais (BDMG).

A este último, por ejemplo, lo hemos apoyado compartiendo el riesgo hasta por U$10 millones en un proyecto que aspira a convertir a BDMG en el primer banco en la región que aplica una herramienta psicométrica de medición de riesgo para ofrecer crédito a microempresas del estado de Minas Gerais en Brasil. Además, como parte del proyecto, BDMG lanzará una unidad exclusivamente dedicada a replicar el trabajo de OMJ.

La escala y potenciar el impacto es una de nuestras obsesiones. Solo financiamos modelos de negocio que tengan el potencial de beneficiar, no solo al mayor número de personas, sino a individuos de la BdP que de otro modo no podrían favorecerse del desarrollo económico de la región. Nos interesan modelos de negocio que han descifrado el código del consumidor de la BdP y así han logrado mayor penetración a través de plataformas de distribución innovadoras.

¿Cuáles han sido los más grandes retos de gerenciar un área nueva como OMJ?
El campo de los modelos de negocio para servir a la BdP es relativamente nuevo, lo era más aún hace siete años cuando nació OMJ, lo más desafiante de ese entonces fue innovar en adecuar nuestros productos financieros a las necesidades del mercado. En general el reto está en innovar el modo como un Banco regional de finanzas públicas hace negocios y cómo interactúa con el sector privado de la región. Esto implica crear nuevos procesos, identificar y generar nuevas alianzas, y adaptarse a las demandas del mercado.