Las oportunidades del financiamiento verde
La banca de desarrollo, pionera en el financiamiento a inversiones amigables con el medio ambiente, posee dos grandes retos en su camino a convertirse en una banca verde: impulsar la inversión en sectores de riesgo más elevado y fomentar el escrutinio de riesgo climático inherente a las nuevas inversiones. Los ejecutivos del Comité Técnico de Financiamiento Ambiental y Climático reflexionaron acerca de este proceso en el marco de las oportunidades para la banca de desarrollo que plantea el Acuerdo de París (COP 21).
Respecto al punto sobre “El rol central del financiamiento en el Acuerdo de París y las oportunidades para la banca de desarrollo”, se hizo referencia al documento del mismo nombre preparado por el BID con la participación de ALIDE, el cual plantea una doble responsabilidad para la banca de desarrollo. Por un lado, contribuir a facilitar los esfuerzos de reducción de emisiones (mitigación) al impulsar la inversión en sectores de riesgo más elevado y que hoy, bajo el Acuerdo de París, empiezan a ser centrales para el desarrollo nacional orientado a una economía carbono-neutral.
Dichos sectores son: eficiencia energética, energías renovables no convencionales, agricultura inteligente, innovación en la infraestructura y en las modalidades de desarrollo urbano, nuevos modos de transporte, nuevos materiales, innovación en los procesos, tecnologías para el almacenamiento de combustibles, etc. Por el otro lado, se resaltó que este proceso de asignación de recursos a sectores y actividades transformadoras, con la participación creciente de la banca privada local, debe ir acompañado del escrutinio cuidadoso del riesgo climático inherente en las nuevas inversiones, siendo este punto donde los bancos de desarrollo juegan también un papel clave, explorando la naturaleza de los riesgos, pero también las posibles sinergias entre mitigación y adaptación, mediante el desarrollo y aplicación de metodologías para el tratamiento del riesgo en los procesos de evaluación y la creación de instrumentos financieros nuevos para poder mitigar riesgos en los préstamos que se conceden.
También se hizo referencia a las metas por países en el marco del Acuerdo de París que se incorporan a los objetivos de política pública y para los cuales los bancos de desarrollo deben visualizarse como el brazo financiero para implementarlas. Aunque los recursos son escasos debido al complicado acceso a los instrumentos internacionales de financiación, actuando de forma estratégica se puede lograr apalancar los recursos escasos.
Por su parte, KfW-Banco de Desarrollo de Alemania, está empeñado en mostrar los resultados de su acción en la región y en particular con relación a la protección ambiental y el clima. Las inversiones del banco en la región han contribuido en forma importante a la disminución de CO2, y en relación con los bancos de desarrollo nacionales un objetivo principal es apoyar su proceso hacia una banca verde. En este contexto, el banco adelanta un estudio (gap analysis) sobre instrumentos para la medición de impactos ambientales y sociales de las inversiones.
El KfW promueve en la región energías renovables, protección de la selva tropical, el financiamiento de medios de transporte amigables con el medio ambiente en ciudades en crecimiento, y el uso eficiente de los recursos escasos como el agua. En 2015 sus financiamientos en la región superaron los €690 millones.
El Banco Mundial, otra fuente de financiamiento internacional, tiene comprometido el 28% de su portafolio de inversiones en proyectos vinculados al combate del cambio climático hasta el 2020. Un aspecto de interés es repensar las políticas públicas en la región, por ejemplo con relación a los marcos regulatorios. En esa misma línea, a fin de promover el desarrollo de infraestructura ambientalmente sostenible, el Banco Mundial y el Fondo Español para América Latina y el Caribe lanzaron KPESIC-LAC-Plataforma de Conocimiento sobre construcción ambientalmente sostenible de infraestructura en América Latina y el Caribe <www.kpesic.com/es>. Los objetivos de la plataforma son: 1) aumentar la capacidad de profesionales para desarrollar proyectos de infraestructuras ambientalmente sostenibles; 2) mejorar las buenas prácticas y los resultados de proyectos; 3) proporcionar una fuente confiable de noticias y eventos, y 4) ofrecer servicios de conocimiento especializados de expertos.
En el caso del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (Bndes), de Brasil, uno de los logros alcanzados en el marco de su apoyo a la sostenibilidad ambiental fue internalizar la dimensión ambiental en los negocios del banco. Por su parte, la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), de México, ha logrado un importante avance en la incorporación del componente ambiental en sus programas de financiamiento a la vivienda, destacando en ello la coordinación y relación con los organismos financieros internacionales en programas como Ecocasa, NAMA Facility EcoCasas Pasivas (LAIF).
A su vez, en el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) se destaca su acción en el financiamiento de proyectos de energías renovables a fin de incrementar la disponibilidad energética de calidad. Por ejemplo, apoya proyectos de generación de energía eléctrica o que están relacionados con la eficiencia energética en actividades que consumen y/o producen energía (programas de alumbrado público en los servicios municipales, autoabastecimiento: minihidros/eólicas y cogeneración eléctrica, junto a grandes corporaciones o proyectos privados). Asimismo, en el marco de su ayuda al concepto de ciudades emergentes y sostenibles, con recursos del Fondo Nacional de Infraestructura, apoya en el financiamiento de proyectos de inversión en transporte masivo urbano, sustentable y organizado.
El Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), de Colombia, mediante la prestación de servicios de crédito y garantía a favor de obras de servicio público, ha comprometido hasta el 2019 un total de US$1.000 millones en su apoyo al plan de desarrollo del departamento, de los cuales unos US$ 500 millones corresponden a inversiones verdes.
La relación con los organismos multilaterales de financiación, en particular con el BID, fue destacada por el Banco República Oriental del Uruguay (BROU), institución con la cual han trabajado diecisiete proyectos de riego en los últimos años y que participó en el cambio de la matriz energética en Uruguay.
En la reunión se convino que, en colaboración con ALIDE y el BID, se lleve a cabo un seminario sobre Formulación y Evaluación Ambiental de Proyectos de Desarrollo en la sede del BROU, en el mes de octubre de 2016. Igualmente, en el marco de dicha cooperación y en ocasión de la reunión del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico 2016, a realizarse en Lima, Perú, en el mes de noviembre, se ha previsto llevar a cabo en la sede de ALIDE un encuentro bicontinental de bancos de desarrollo Asia-América Latina, para la discusión e intercambio de buenas prácticas en financiamiento verde entre las dos regiones.